Eran las 7:30 de la mañana cuando terminaba de vestirse blusa blanca falda tableada a cuadros y las medias de lana.
Nó tomó el desayuno, con el pretexto de que se le hacía tarde para el colegio pero en su mente tenía días esperando este día con mucha emoción. Rápidamente se dirigió hacia la parada del bus, aunque no tomó el bus escolar y tomó el ruta 33 que se dirigía al centro.
Ella vivía en las afueras de la ciudad, en una colonia tranquila donde las casas son muy parecidas y todo el mundo se conoce, su colegio se encuentra en la entrada de la ciudad así que no era algo raro que los chicos que asistían a ese plantel tomaran el autobus 33 si no habían alcanzado el bus escolar o si querían llegar un poco antes, nadie de los ocupantes le dió mucha importancia a su presencia, y para su fortuna no había ningun otro compañero que hubiera tomado ese bus, esbozó una pícara sonrisa y se sentó cerca de la puerta trasera.
Hacía un buen clima el sol que ya estaba terminando de asomarse por el horizonte dejaba ver un cielo muy limpio prácticamente sin nube alguna salvo algunas pequeñas que se mantuvieron de la bruma nocturna pero aún y si hubiera mal tiempo a ella no le importaría su mente estaba ocupada en otros menesteres.
El trayecto en bus desde su colonia hasta el centro se hacía en poco más de media hora, se supone que para la hora en que bajó del vehiculo estaría llegando tarde a la clase de matemáticas que impartía el que para la mayoría de los compañeros de clase no era más que un viejo amargado que solo encontraba entretenimiento en fastidiarles la vida llamado Alejandro Maldonado aunque entre los chavales se le conocía por distintos sobrenombres siendo el más recurrente sr. Malviolado ya que trataban de explicar su odio hacia los demás con una mala experiencia sexual...
En lugar de preocuparse por las lecciónes de Maldonado la tarde anteriór se había preocupado por lo que iba a hacer esa mañana, era una mañana muy especial, a ella le hubiera gustado vestirse de otra manera, pero no podía vestirse de otra manera para que no la pillara su madre y llevar un cambio de ropa en la mochila no era muy viable ya que su mochila era una pequeña color rosa y con motivos de hello kitty por lo que cambiar los libros por ropa hubiera supuesto que su madre sospechara algo al momento de realizar las labores hogareñas, así que decidió que no habría que desgastarse más pensando en el vestido, así que mejor se puso a pensar en sus accesorios.
Decidió recogerse el cabello en una coleta de caballo por practicidad y porque seguramente esto le facilitaría lo que iba a realizar. Se coloco un par de pulseras una en cada muñeca y se roció algunas gotas del perfume especial de mamá, ese día se lo podía permitir ese día le permitirían todo, bueno casi todo.
Se acercó hacia el Malibú blanco que le esperaba media cuadra delante de la parada del bus, no era la primera vez que subía en el pero sintió un pequeño cosquilleo en la nuca respiró hondo y lo abordó. Ahi se encontraba él Roberto Buenrostro y a la vista de mucha gente (por supuesto nuestra protagonista también estaba de acuerdo) le hacía justicia el apellido, de facciones varoniles, barbilla partida, ojos almendrados, y cabello castaño claro un poco ondulado. Esto aunado a un cuerpo atlético gracias a horas de gimnasio hacía las delicias de muchas féminas, la ocupante del asiento de copiloto no se podía sentír más afortunada de que el, el hijo de un prominente ingeniero se hubiera fijado en ella, su primer encuentro se dió hace un par de meses ella se encontraba paseando con anita su mejor amiga por plaza arboledas (un centro comercial que vale la pena visitar por su sola arquitectura aunque las tiendas que en él están no desmerecen para nada) el se le acercó y le comentó que si le gustaría algún día ir a tomar un café porque había quedado prendado de ella desde que la vió subir las escaleras, ella lo tomó al principio como una broma como alguien así iba a fijarse en ella e invitarla a salir? pero su ego tomó el control de la situación y aceptó gustosa.
De ese acercamiento se vino un romance que tendría su punto más alto esta mañana, aparte de las precauciones tomadas en su casa había dicho a anita la justificación para no asistir al colegio, todo continuaba a pedir de boca. Se acercaron a la zona de condominios donde vivía Roberto el edificio se encontraba prácticamente solo por lo que nadie notó la presencia de una colegiala mientras tomaban el elevador hacia el 4to piso al entrar al apartamento notó un olor a manzana mezclado con rosas, por toda la estancia habían velas aromaticas, volteó al piso en el suelo había una guía de pétalos de rosa que dirigían justo a la habitación, sabía que el momento se acercaba.
Se sentó en el borde de la cama le lanzó una mirada que era una mezcla de miedo y emoción que notó de inmediato, el le dijo que todo saldría bien esto mientras le ponía las manos en los hombros y le daba un delicado beso. Ella mentalmente se dijo, si ya llegaste hasta aquí no puedes hecharte para atrás, es lo que deseabas desde que lo conociste y estaba tomando forma desde hace unos días cuando el se lo propuso, ella aceptó siempre y cuando fuera ese día en especial porque era el único en que podría hacerlo sin preocupaciones el no opuso resistencia a la respuesta para sus adentros pensó que estaba bien para poder preparar mejor el momento y había llegado.
La tomó por la cintura y la depositó de espalda en la cama, se sacó su camisa dejando su marcado abdomen al descubierto mientras le besaba el cuello y detrás de la oreja, ella mientras tanto le acariciaba la espalda con una mano y con la otra comenzó a desabrocharle el pantalon, el desabotonó la pulcra blusa blanca mientras se fundían en un apasionado beso, descubrió con sorpresa que no se había puesto sujetador lo que facilitaba las cosas, tomó uno de sus pechos y comenzó a besarlo y a lamerlo ella comenzaba a viajar a otro lugar en su mente no le importaba lo que sucediera en ese instante solo quería seguir sintiendo el placer que le brindaba la lengua de su amado, ella había conseguido sacarle el pantalon así que apretaba sus nalgas el bajó recorriendo su lengua por su abdomen hasta llegar a la falda se la quitó junto con las bragas que llevaba, su legua recorrió su sexo, ella emitió un leve gemido, mientras sentía como su cuerpo se iba llenando de sudor pero solo quería más y más, el siguió con movimientos lingüisticos hasta que ella no pudo más y tuvo un orgasmo, seguía muy exitada así que no se lo pensó 2 veces y jaló hacia ella, lo volteó y se entó a horjacadas en el, le tomó un instante adaptarse al movimiento, de hecho duró unos instantes sin moverse, pero en cuanto pasó empezó con movimientos circulares y luego a subir y bajar muy rapido, tras unos momentos así el le dijo que ya iba a terminar por lo que ella se hizo a un lado y conocó su miembro en su boca, el entonces se tensó y termino en su boca.
Eran las 2:40 de la tarde cuando ella bajó del bus ruta 33 y caminó las pocas cuadras que había desde la parada hasta su casa, dentro ya se encontraban sus primos y demás parientes quienes gritaron ¡Sorpresa! ella entonces esbozó una sonrisa y se acercó a la mesa donde le esperaba un grán pastel, apagó las 16 velas y se dispuso a abrir sus obsequios, tras la fiesta se fué a acostar dejandose las medias de lana, pensando en como había recibido su mejor regalo en la mañana, la habían hecho mujer y eso a ella le complacía mucho.
Cualquier similitud de nombres, personajes o situaciones es mera coincidencia.
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